Las semillas del cacao, fueron utilizadas durante cientos de años por los indígenas sudamericanos en la preparación de una bebida amarga, que los europeos modificaron en su preparación y composición, hasta originar lo que hoy se conoce como el chocolate, en sus variedades negro, con leche, y blanco.
La pasta de cacao, el cacao molido y el chocolate negro, tienen un alto contenido de los flavanoides (epicatequina, catequina y procianidinas), los cuales ejercen poderosos efectos antioxidantes al inhibir la oxidación de las moléculas de LDL (colesterol malo), además de producir una disminución de la segregación plaquetaria y de la presión arterial.
La forma más común de consumir el cacao es en forma de chocolate, el cual es un alimento nutricionalmente completo, ya que contiene aproximadamente un 30% de materia grasa, un 6% de proteínas, un 61% de carbohidratos, y un 3% de humedad y de minerales (fósforo, calcio, hierro), además de aportar vitaminas A y del complejo B. Sin embargo también es un alimento muy calórico, por dicha razón hay que comerlo con moderación, o bien buscar las formas menos procesadas, como la pasta da cacao o el cacao molido, el cual demás tendrá mayor cantidad de antioxidantes y nutrimentos.
Martha Gómez
Nutrióloga en San Luis Potosí