Las semillas de chia provienen de la planta de Salvia Hispánica L. una planta herbácea que formó parte de la cultura mesoamericana, y que es común en la cocina internacional. Pertenece a la familia Lamiacea (Lamiáceas) al igual que la menta, el tomillo, el romero y el orégano. La palabra “chía” procede de la palabra chian que en la lengua Náhuatl significa «aceitoso».
Lo cierto es que en la composición corporal de estas semillas destacan algunas características muy notables, entre ellas, su riqueza en ácidos grasos omega 3 (más en concreto de ácido alfa linolénico) hasta el punto de haberse postulado como el vegetal con más omega-tres, superando incluso a la riqueza en este tipo de ácidos grasos contenida en el pescado azul. Además, las semillas poseen una cantidad muy importante de fibra dietética, muy similar o superior a la que se pueda encontrar en las legumbres; y también merece la pena resaltar su alto contenido protéico. Y todo ello, claro está, al tratarse de un alimento de origen vegetal, sin colesterol, con poco sodio , sin latosa además de sin gluten.
Estas propiedades le confieren los siguientes beneficios:
Los ácidos grasos omega 3 tienen propiedades antiinflamatorias y antitrombóticas, que previenen los problemas cardiovasculares.
La fibra soluble disminuye la absorción de colesterol y glucosa
La fibra soluble ayuda en la sensación de saciedad
La fibra insoluble mejora el tránsito intestinal
Las semillas de chía se suelen consumir como si fuera un suplemento más que como un alimento, la cantidad que generalmente consume una persona es entre 10 y 20 gramos. No obstante, se le ha otorgado el reconocimiento como alimento novel, y actualmente se encuentra en productos de panadería (no más del 5% del peso final), barritas de cereales, cereales de desayuno, entre otros.
Se sugiere añadir las semillas de chia a frutas, ensaladas, licuados y malteadas, sin embargo la mejor forma de consumirla es hidratada en bebidas, para ello se vierten de una a tres cucharadas de estas semillas en un vaso con agua, se remueve y se deja reposar unos 15 a 30 minutos. Al cabo de ese tiempo se obtiene una especie de gelatina más o menos sólida, que es a la que se le confiere los mayores beneficios.
La chía es un alimento al que aún falta mucho por estudiar, ya que no existe evidencia científica que demuestre los beneficios de la chia, solo se conocen sus propiedades por que se conoce su contenido nutrimental, pero no por estudios realizados directamente con la suplementación de este alimento.
Así que como todo, en cuestión de alimentación, existen alimentos funcionales que nos ayudan a mantener un estado de salud óptimo, pero que tampoco se pueden considerar fundamentales para mantener un buen estado de salud, la piedra angular es la dieta correcta y actividad física regular.
Nutrióloga en San Luis Potosí
Martha Gómez