Un alimento se considera funcional porque, además de destacar por sus propiedades nutritivas, contiene ciertos elementos, cuyo consumo diario dentro de una dieta equilibrada contribuye a mantener o mejorar nuestro estado de salud y bienestar.
Los alimentos funcionales son alimentos y deben demostrar sus efectos en las cantidades en que normalmente se consumen en la dieta: no se trata de comprimidos o cápsulas, sino de alimentos que forman parte de un régimen normal.
Un alimento puede acabar siendo funcional si durante su procesado se le ha realizado cualesquiera de estas operaciones:
- Eliminación de un componente alimenticio conocido como causante o determinante de una enfermedad. Ejemplos pueden ser las proteínas alergénicas de ciertos alimentos, la eliminación de la alctos de ciertos productos lácteos.
- Incremento en la concentración de un componente alimenticio. Esta operación de fortificación, o añadidura de un componente activo, hace que la dosis diaria del mismo se ac
erque a las recomendaciones de los organismos reguladores, lo que a la larga redundará en una disminución de riesgos de enfermedad. - Adición de un componente que no está presente en la mayoría de los alimentos. No necesariamente debe ser un macro o micronutriente.
- Reemplazo de macronutrientes. Por regla general un macronutriente, por ejemplo la grasa de la leche descremada o light
- Incrementando la biodisponibilidad o estabilidad de un componente conocido con el objeto de producir un efecto funcional o reducir la aparición de enfermedades.
Los componentes más destacables son: fibra dietética, azúcares alcoholes o azúcares de baja energía, aminoácidos, ácidos grasos insaturados, fitoesteroles, vitaminas y minerales, antioxidantes, bacterias ácido-lácticas y otras sustancias excitantes o tranquilizantes.
Sin duda el marketing ha jugado un papel fundamental para el desarrollo de nuevos productos, y por una razón, es la manera de hacerse un sitio en el mercado. Sin duda diferenciándose de los demás. Y un argumento importante para esta diferenciación es que el alimento tenga un valor añadido en cuanto a la salud, si bien en este punto cada uno tiene que valorar qué entiende por calidad de vida.
Conviene aclarar que NO CURAN ni PREVIENEN por sí solos alteraciones ni enfermedades y que NO SON INDISPENSABLES, sino una opción a tener en cuenta en circunstancias concretas y teniendo en cuenta que su inclusión en la dieta deberá ser valorada previamente por un profesional.
Martha Gómez
Nutrióloga en San Luis Potosí