¿Alguna vez te has detenido a pensar cuál es tu relación con la comida?
Si eres como yo, seguramente pasas mucho tiempo pensando en comida, incluso más tiempo del que pasas con tus familiares y amigos. Sin embargo, probablemente ni siquiera has pensado en que tienes una relación con la comida, la cual además es bastante íntima.
La comida es nuestra fuente de energía, sin embargo hay que considerar que se ha convertido en más que eso, el comer nos causa placer, confort, utilizamos los alimentos para sentirnos mejor cuando estamos tristes y deprimidos, nos premiamos con alimentos cuando logramos metas, comemos cuando estamos aburridos ó solos, a la comida también le damos connotaciones saludables ó negativas que pueden incluso llegar a crear adicciones, así mismo asociamos a los alimentos con roles como los sexuales; además los alimentos nos ayudan a socializar y son parte fundamental de ritos y festividades que nos determinan como sociedad. Así mismo es la base de una industria multimillonaria de importante fuente de empleos y base de la economía internacional.
Y en este contexto, hay que considerar que la industria de los alimentos es en parte responsable de nuestra relación con la comida, las empresas transnacionales de alimentos, los convenios agrarios, las grades cadenas de restaurantes, los intermediarios de la industria alimentaria, las grandes compañías de suplementos alimenticios y productos dietéticos, invierten millones de dólares en crear una necesidad de consumir sus productos.
Los medios nos han convencido, que la solución a casi todos nuestros problemas son los alimentos. Si te enamoras, le regalas chocolates, le invitas a comer y hasta le cocinas pasteles ó galletas. Si quieres bajar de peso, compras malteadas y barras dietéticas. No tienes tiempo para cocinar, compras comida “rápida”. Si tienes alguna enfermedad compras “azúcares” ó “dulces” para diabético ó “sal” para hipertenso. Si tuviste un mal día, comes para sentirte mejor, y si te fue bien, entonces también comes para recompensar tu logro.
Y así vamos olvidando el valor fundamental de la alimentación como fuente de vida, debido a que nos proporciona energía que nos permite realizar nuestras actividades diarias, y además es la fuente de nutrientes que mantendrá a nuestro cuerpo no sólo vivo sino funcionando adecuadamente. Entonces la alimentación correcta, es la base de la salud, pero nos olvidamos de esto y comemos con otros fines, y generalmente comemos en exceso, y entonces esa energía en exceso se almacena en forma de grasa. Así el exceso de grasa nos produce obesidad, y en este punto, sólo se nos ocurre seguir comiendo!, sin embargo ahora se nos crea otras necesidad, en las que se incluyen alimentos dietéticos como refresco light, pastel con splenda y todos los demás productos reducidos en calorías que nos ofrecen.
Probablemente si para bajar o controlar nuestro peso consideráramos disminuir la cantidad de los alimentos que consumimos, resultaría menos divertido y placentero, probablemente sentiríamos que no podríamos convivir con nuestros amigos y familiares, tal y como la industria alimentaria nos ha hecho creer.
El problema es que en este punto resulta muy complejo comer menos, debido a que después de tantos años hemos desarrollado una relación complicada con la comida que comenzó desde la infancia y se ha ido fortaleciendo con los años, a través de una cultura bastante influenciada por los medios de comunicación.
Así que es momento de hacer consiente como es la relación que tenemos con la comida, haciendo algunas reflexiones como estas:
– Lo principal es reconocer la razón por la cual comemos, si es porque sentimos hambre ó por otras causas como ansiedad, aburrimiento, socialización, placer, etc.
– Hacer consiente si los anuncios en la TV ó las imágenes, promociones y hasta el estatus que los medios de comunicación nos ofrecen nos hacen decidir el consumo de ciertos alimentos.
– Dejar de considerar a la comida como una recompensa ó como una forma de reconfortar una mala situación.
– Buscar otras maneras de entretenimiento además de la comida, utilizar nuestro tiempo libre realizando otras actividades como ejercicio y lectura.
– Buscar formas de socializar que no involucren alimentos, especialmente altos en calorías.
– Detectar si presentamos alguna adicción a alimentos nocivos en grandes cantidades, por ejemplo los refrescos, los dulces, el pan dulce, las frituras.
Al mejorar nuestra relación con la comida, podríamos obtener otros beneficios como, invertir menos tiempo y dinero, además de mejorar nuestro estado de salud, manteniendo un peso saludable y consumiendo una alimentación completa y equilibrada que cubra todas nuestras necesidades fisiológicas, previniendo enfermedades y mejorando nuestra autoestima y autopercepción.
Nutrióloga Martha Gómez
San Luis Potosí