Mi nombre es Blanca,tengo 35 años, soy mamá y psicóloga, mi interés por participar en este blog, es poderles compartir mi experiencia de como voy cambiando mi estilo de vida y el impacto que esto me trae.
En la mayor parte de mi vida había sido una mujer de complexión ancha con sobrepeso, yo consideraba que dentro de nuestra sociedad a algunos les había tocado ser delgados y a otros nos había tocado ser gorditos, y me fundamentada en la genética de mi familia, pues mis papás fueron robustos, yo no tenía problema en aceptarme así y hasta de cierta manera eso me daba tranquilidad para no angustiante por mi peso.
No suelo pesarme, así que cuando llegaba a saber cuánto pesaba era por alguna revisión médica, no era muy consiente de mis medidas hasta que me media ropa que me gustaba y no había de mi talla o o me quedaba, o cuando me veía en fotos con alguien más. Por lomismo solía evitar comprarme ropa para no pasa por la vergüenza de que no hubiera de mi talla, o tener que pedir talla grande o extra grande, me impactaba ver los tamaños de las prendas sin ponérmelas aun y verlas súper grandes y ponérmelas y ver que me quedaban justas o que me acomodaban bien.
Pero con el paso del tiempo llego un momento en que este sobrepeso empezó a causar estragos y fue principalmente en mi rodilla donde empecé a resentir que algo estaba pasando, fui a revisión médica y resultó que tenía desgaste en los meniscos y probablemente iba a requerir una operación. Observé que el problema era grande pues había ocasiones en las que si caminaba mucho mis rodillas amanecían muy inflamadas y para caminar había mucha molestia y lo inflamado me duraba días.
Eso me asusto demasiado, vi en riesgo mi independencia, mi autonomía, pues pensaba que si me operaban y no se resuelve esto, y si empeora, y si esto me impide trabajar ¿qué voy hacer?. El terapeuta físico me cometó que me ayudaría mucho el bajar de peso, que no quitaría el desgaste pero disminuiría la presión en mis rodillas y eso disminuiría los síntomas y el dolor. Lo escuche aunque en su momento no fue una decisión que tome en seguida.
Algo que me ayudo a tomar más conciencia y decidirme, fue el haber asistido a un taller de terapia corporal donde fui aprendiendo que mi cuerpo también habla y se expresa y requiere atención y sobre todo conexión, entendí que a veces vamos por la vida desconectados de nuestras sensaciones y el cuerpo viene siendo el robot que hace que nos movamos de un lado para otro y que hagamos lo que requerimos en nuestro trabajo, con la familia, con la pareja pero pocas veces escuchamos a nuestro cuerpo y nuestra mente es la que gobierna nuestra atención, con los problemas, las preocupaciones, los pendientes y de último, solo cuando ya nuestro cuerpo colapsa por algún malestar o alguna enfermedad es cuando nos percatamos de que ahí está, de que es parte de nosotros y a veces hasta nos enojamos pues quisiéramos que nunca se cansara, que no se enfermera, que no sintiera para poder hacer más cosas y lo cierto es que el cuerpo es nuestra mejor brújula para saber qué nos pasa, para poder comprendernos mejor, es el que hasta cierto punto nos pone límites, nos recuerda que somos frágiles y que requerimos cuidarlo que requerimos hacer las paces con él y hacerlo nuestro aliado y no nuestro enemigo.
Yo voy comprendiendo esto y lo estoy tratando de vivir en mi vida, pues si bien es cierto que solo tenemos una vida, vale la pena jugársela para estar bien, para vivir satisfechos de nuestros logros, de lo que vamos creando y recreando, de lo que vamos aprendiendo y enseñando. Yo me he dado a la tarea de tratar de darme una vida mejor, pues entendí que nadie lo hará por mí y si yo no busco la manera de amarme bien, no podré trasmitir la manera en que quisiera que me amarán.
Fue entonces cuando decido buscar ayuda y empezar un programa para bajar de peso y no ha sido algo de la noche a la mañana pero lo fui logrando, y si nunca faltan múltiples comentarios de familiares y amigos que casi te confrontan de porque ya no comes en cantidades mayores, hay quienes te invita hacerlo, diciendo total a esta vida venimos a disfrutar de los placeres y uno de ellos es el comer… Como si en comer suficiente, no hubiera placer en hacerlo.
Yo regularmente he encontrado un lema que no acuñe yo, pero he tratado de hacerlo mío y es esta frase que dice «como para vivir y no vivo para comer», pues yo encuentro, que si lo que como me da la energía que requiero para hacer mi trabajo, para convivir con mi familia y a parte mi cuerpo me lo agradece, porque no lo recargo y mi digestión está bien, porque se siente satisfecho y ligero eso me da mucha satisfacción y mucha guía de que estoy por buen camino y aunado a eso, voy viendo que mi reflejo en el espejo cada vez me agrada más, yo creo que estoy haciendo algo bueno por mí y sobre todo el darme cuenta que si puedo y mi cuerpo me lo está confirmando.