POR LA PSIC. BLANCA JUÁREZ
Al escribir este artículo, lo primer que viene a mi mente fue el tiempo en que estuve en el proceso de pérdida de peso y el recordar cómo fue comenzar una alimentación diferente a la que iba llevando y las restricciones que tanto me costaron, pero a la vez como mi cuerpo iba respondiendo favorablemente.
A pesar de sentirme bien, llegaba a preguntarme con algo de desánimo, si me tendría que restringir de por vida de los alimentos que me agradaban, esto me causaba cierta incertidumbre pues dieta puede sonar a restricciones o limitaciones.
Hoy en día voy entendiendo que una dieta se puede volver en una manera más sana de alimentarse, y de sentirte tranquila cuando comes, que puedo comer de todo para compartir con los amigos o la familia, saber que puedo seguir disfrutando de todos los alimentos, eso para mí me ha traído la sensación de que no me vivo a dieta, sabiendo que no se descompensará mi alimentación pues sigo comiendo de manera moderada y me ejercito frecuentemente. Esto me ayuda a ver que más que una dieta es un cambio de estilo de vida.
Igual muchas personas podrán pensar, que esto es engorroso, estar pensando que comeré, o que desayunaré o cuantas calorías consumiré ,sin embargo cuando te acostumbras y lo ves como parte de tu vida habitual dejar de ser una “carga” y se vuelve un estilo de comer.
Recuerda que no solo es una cuestión de peso sino de salud, pues hay personas delgadas que comen de todo y sin medida, y no son sinónimo de salud, el aprender a elegir de forma inteligente los alimentos requiere de adquirir nuevos conocimientos y de mucho autoconocimiento.
Y es ahí donde quiero llegar, si ya iniciaste el abrir tu conciencia de que tienes un cuerpo y ya decidiste ponerle atención a tu alimentación y ya te vives experimentado los beneficios que esto le trae a tu cuerpo y a tu estilo de vida y te has dado a la tarea de cuidarlo y mantenerte atenta a tus tiempos de comida, de ejercitación, de descanso, de diversión y todo lo que implica quererte proveer de una mejor calidad de vida.
Es tiempo de reconocer que ya no te vives en una dieta sino más bien en un reeducar a tu cuerpo para que se adapte a este nuevo estilo de vida, pues si bien, es cierto que tiene memoria del peso que tenía y su tendencia más natural es volver al estado en el que estaba, porque ahí estuvo ya muchos años, también tiene la capacidad de aprender nuevos hábitos y aprender a cubrir sus necesidades de una manera más sana no solo a través de la comida y aprender a tomar de los alimentos lo necesario y suficiente para seguir funcionando adecuadamente. Es a mi parecer, una manera más ligera de ver este proceso que sigue implicando el estar atentas a nosotras mismas, haciendo lo que nadie hará por nosotras…¡¡¡CUIDARNOS!!!